martes, 9 de septiembre de 2014

¿Cuál es tu sueño?

Le pregunté a varios conocidos cuál es su sueño y lo interesante fué que más allá de la respuesta, todos expresaron el mismo gesto de frustración al darse cuenta qué faltaba demasiado tiempo (en el mejor de los casos) para lograrlo…

¿A qué se debe ésto? ¿Acaso nuestro sueño no es lo más importante en nuestra vida? Aquí es donde comenzó mi investigación, culminando con la anticipada respuesta que, en los mejores casos, los sueños se logran, en parte, a muy tardía edad o se terminan cambiando, regularmente, por otros “alcanzables” y/o “conformistas”, debido a una dependencia inevitable del dinero, siempre y cuando se opte por vivir en sociedad.

Sin embargo pregunto: ¿podría estar esto cambiando?, ¿podría la fórmula genérica de estudiar, casarse, construir, acumular, crecer profesionalmente y disfrutar al jubilarse estar en extinción?. 
¿Acaso hay otras posibilidades de vivir sin tener que esperar a que pasemos más de la mitad de nuestra vida para poder disfrutarla y cumplir nuestros sueños?

Por supuesto que hay más posibilidades, pero claro que no pensar en ellas y adaptarnos a la más utilizada es mucho más cómodo. De hecho, desde que nacemos y somos expuestos a situaciones incómodas, difíciles de gestionar, desarrollamos hábitos defensivos qué nos permiten evacuar las dificultades y esquivarlas saliendo ilesos. Éstos hábitos, se vuelven rutinas creadoras de modelos mentales rígidos, estructurados, que condicionan nuestro actuar, que anulan nuestra capacidad crítica reflexiva y hacen que a su vez nos auto-convenzamos que estamos haciendo lo “correcto”, qué vamos por el camino “correcto”.

Ésto no termina aquí, así como nosotros nos auto-convencemos a nosotros mismos, los demás hacen lo mismo, disimulando y auto-convenciéndose de que hacemos y hacen lo “correcto”.

Posiblemente, en algunos momentos de nuestra vida, somos consientes de de esto, pero ¿bastará con visualizarlo o será necesaria mucha práctica y esfuerzo?

Y aquí es donde volvemos a utilizar la rutina defensiva, esquivando la incomodidad y el esfuerzo, auto-convenciéndonos que así es y no hay de otra.

Ahora bien, indudablemente no todos vuelven al mismo circulo vicioso, cuantiosas personas en la actualidad ya están luchando contra esta fórmula incuestionada del modo de vivir y basta con escribir en google “nueva generación”, “nuevo modo de vida” o “jóvenes visionarios”, para ver como miles de personas en todo el mundo no solo están cuestionando a la misma, sino que pudieron salir de ella y se encuentran disfrutando la vida o simple y complejamente, viviéndola de otra manera.

Quizás si quién soy tiene que ver con una proyección qué hago de mi mismo y que los demás hacen de mi (aquí los invito a leer el primer posteo del blog), cómo vivo o quiero vivir, probablemente tenga que ver con la proyección que hago sobre el modo de vida y que tiene que ver con la que hacen los demás. Pero, ¿qué sucede si los demás proyectan algo qué a mi vida e incluso a la suya, no me y les favorece plenamente, y que tal vez ni siquiera saben por qué lo hacen?.. Probablemente termine creando una rutina defensiva que me auto-convenza que “es lo que hay”, que “así es” y “que no queda de otra”.

Posiblemente, algunos de ustedes piensen qué vivir de otra manera es imposible debido a la dependencia casi inevitable al dinero mencionada, y no casualmente es un tema muy esquivado por traer gran incomodidad. 
Y claro que lo acepto ya que para “sobrevivir” en sociedad no hay más opción que depender del mismo, al menos en la actualidad que nos tocó vivir; y aun a quien ésto no le guste, tarde o temprano deberá aceptarlo.

Pero pregunto: ¿Sacar a luz ésto no será el primer paso para enfrentarlo?. ¿Podemos cambiar algo sin primero aceptarlo y reconocerlo?.

Aunque nos guste o no, debemos aceptar que así es y será, y aunque sea algo incómodo y que posiblemente genere rencor deberíamos dejar de esquivarlo y preguntarnos qué estamos haciendo para desafiarlo. 

Una vez hecho ésto y dispuestos a enfrentarlo, será necesario conocer cómo funciona, dónde se encuentra, cómo se mueve, a qué velocidad, qué forma tiene. Debemos volvernos expertos en el mismo. Y partir de allí estaremos en condiciones de planear nuestra estrategia para poder vencerlo, para poder liberarnos de su incuestionado sometimiento. Y, finalmente, estar en condiciones de cumplir nuestro sueño. 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Las reglas de Juego: ¿Qué haremos al respecto?

Hace unos días en una pequeña charla entablada con Omar, un taxista de 40 años con 2 hijos a quienes mantener, le pregunté si le gustaba ser taxista, luego de unos segundos de suspiros me respondió textualmente “Y… ya le tomé el gustito”…

¿Qué sucede con Omar y con todas las personas como él que deben trabajar 8 o más horas diarias? ¿Qué sucedería si Omar en un acto de revelación decidiera renunciar a su empleo? ¿Tiene otra alternativa o no le queda más opción que “tomarle el gustito”?

Dos días después, con todas estas preguntas rondando en mi cabeza, conocí a Germán, que con 24 años de edad gana 25 mil dólares mensuales, trabajando menos de un tercio de lo que trabaja Omar semanalmente y además, haciendo lo que le gusta hacer. ¿Cómo es esto posible?

¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si tu vida fuera diferente? ¿Si te dedicaras  a otra cosa? ¿Por qué haces lo que haces? ¿Por qué no puedes hacer lo que no haces?, me preguntó Germán con un tono de voz firme y totalmente seguro, como uno más de los pocos que he escuchado en mi vida.  Luego de algunos pocos segundos de silencio me redobló la apuesta diciéndome: “¿sabes qué pasa?.. El sistema está diseñado para que no lo hagas, y si lo haces…para que lo dejes de hacer.”

Si pensamos detenidamente, esto sí tiene lógica y no es nada nuevo, ya que a lo largo de la historia, desde que las relaciones entre las personas tuvieron lugar han existido los roles, las jerarquías y las luchas por obtener y mantener el poder. Desde la existencia de la comunidad primitiva, pasando por la sociedad esclavista, feudal, hasta la posterior y actual sociedad capitalista y post-capitalista; incluso me arriesgo a decir que hasta en las socialistas.

Entonces.. ¿En qué consiste el sistema, que al parecer, Germán ha logrado vencer?
Es el poder instituido, las normas establecidas, las reglas de juego, aquello que dice qué se puede hacer y qué no, aquello que aunque no nos guste, acostumbremos a “tomarle el gustito”.

Ahora bien, ¿Quién más podría crearlo que el sector que más se beneficia con el mismo.. Y que a su vez se esfuerza por mantenerlo?.

Muchos de nosotros hemos jugado juegos de estrategia de crear ciudades, como aquel famoso SimCity, donde uno era capaz de crear la ciudad a medida y antojo, donde la mejor estrategia siempre radicaba en vernos lo más favorecidos posible al utilizar los recursos de la mejor manera viable. Y claramente, nadie cuestionaba lo que hacíamos.

En la película The Truman Show sucede algo similar, donde el protagonista Truman Burbank interpretado por Jim Carrey que vive en un “mundo” creado a medida y antojo del productor e inventor del reality, no se cuestiona su vida en absoluto, al menos al principio, y solo se dedica a vivir y seguir las reglas de juego, claro que sin poder modificarlas. Incluso cuando el mismo empieza a cuestionarlas, las personas involucradas en el programa luchan para “reacomodarlo” y que vuelva a “tomarle el gustito” sin controversias ni cuestionamientos.

Acaso pregunto, ¿Qué diferencias y similitudes existen entre Truman Burbank y Omar, el taxista de 40 años? ¿Qué diferencias y similitudes existen entre el productor del programa, el jugador del SimCity y los que se benefician del sistema actual? ¿Qué diferencias y similitudes existen entre Truman Burbank cuando descubre la manera de ganarle al “sistema” y salirse de la pequeña “burbuja” que era su mundo y su vida y Germán, el chico de 24 años que decidió volverse rico dejando de hacer lo que el sistema supone y dispone?

Y finalmente, ¿Qué diferencias y similitudes existen entre nuestra vida, la de Omar, la de Germán, la de Truman Burbank, la del productor del programa y el jugador del SimCity?


¿Qué haremos al respecto?